martes, 14 de diciembre de 2010

MORENTE:




Mi pasión por el flamenco no empezó con Morente. Antes de entrar en su mundo disfruté con otros discos del género como Blues de la Frontera de Pata Negra, Quién no Corre, Vuela de Ray Heredia y La Leyenda del Tiempo de Camarón. Tres discos que me parecen indispensables para el género, a pesar de ser tachados por muchos 'maestros' del flamenco, como discos NO flamencos.

A mí si me parecen que sean del género. Supongo que muchos de los que los pusieron en tela de juicio tenían el miedo de creer que si dejaban que el flamenco se 'contaminara' de otros géneros, se perdiera el norte. Nada más lejos de la realidad, al menos para mí fueron la puerta de entrada a otros grandes del género como Manolo Caracol o La Niña de los Peines.


El primer disco que escuché de Morente fue Omega y la primera impresión fue negativa, no me entraban las canciones de Leonard Cohen en español, sin embargo, tras unas escuchas más atento me dejó las de Leonard Cohen pequeñas, de hecho, ya no escucho las versiones del canadiense. Tras Omega me interesé por toda la obra de Morente y, para mi sorpresa, descubrí que tocaba todos los palos. Discos como Despegando o Sabicas o el increible Morente Sueña la Alhambra me cambiaron mi percepción de ver el flamenco y la música en general.



Son muchas las canciones que Morente nos deja como legado, algunas de ellas van a llevar a otras personas a creer en la música y hacer nuevas músicas. Su ejemplo como artista es digno de seguir, una persona sin barreras ni complejos, que igual colaboraba con Los Planetas, con Sonic Youth, con Amaral o con artistas flamencos. Me da pena que no exista ya, pero le agradezco todo lo que ha hecho, yo al menos voy a sacarle el máximo provecho, voy a aprender de él, porque aunque no aceptara su condición de maestro, sin proponérselo, ha enseñado una gran lección, quizá la más importante de todas: su lucha continua por mejorar este mundo.

diez de morente en Spotify


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