domingo, 2 de mayo de 2010

cortázar:




Uno de mis escritores preferidos es sin duda Julio Cortázar. Rayuela es un libro que me cambió bastante, no sólo en el terreno personal por la temática, más bien por la forma de ver las cosas, por la manera de contarlas. También he disfrutado mucho con sus cuentos. Muchas veces cuando terminas de leer un de ellos, tienes que volver de nuevo y ver poco a poco qué es lo que ha ocurrido. Cortázar mezcla el mundo de lo imaginario con el mundo real y los deja viviendo juntos. El cuento Continuidad de los Parques explica muy bien esta estructura tan usada por el autor, en uno de mis cuentos preferidos La Caricia Más Profunda el personaje principal va desapareciendo poco a poco. Parece que lo fantástico es el hecho que el suelo se esté comiendo a una persona, pero en verdad, lo increíble es que las personas que le rodean y viven con él no se están dando cuenta de su desaparición paulatina.
Hace poco leí de nuevo Manual de Instrucciones, un capítulo del libro Historias de Cronopios y Famas. Es la parte que más me gusta de este libro del autor. Cortázar nos dice cómo hacer las cosas más cotidianas como por ejemplo, subir una escalera, llorar, dar cuerda a un reloj... inspirado en esta forma de narrar se me ocurrió algo parecido (salvando las distancias), os lo dejo a continuación, creo que lo más bonito de haberlo escrito es que ha servido para homenajearlo aquí en el blog.


Interés descriptivo:



Te puedes poner, por ejemplo, a describir poco a poco como es esta piedra. Lo primero es sentarse en un lugar cómodo, coger un blog pequeño, más o menos del tamaño de una mano, más que nada para que no incomode mucho. La luz es importante, la piedra debe estar iluminada, de manera directa si es porosa o indirecta en el caso de ser brillante, ya que nos haría perder detalles si nos escandila. Debes mirar a la piedra en silencio durante quince minutos intentando escucharla. Comienza hablando de su tamaño, de su forma, de si está redondeada por el desgaste del agua o si es amorfa. También puedes hacer una breve descripción del entorno en el que está. El contexto siempre es importante y a veces explica mucho más de lo que pueda parecer. No pases por alto el color, una manera bastante útil para hacer una buena descripción consiste en emparentarlo con algo que tenga el mismo color, así, si esta piedra es roja puedes decir que el color de la piedra es el de un corazón, en este caso podemos usar “corazón” también como metáfora para hablar de su forma, ya que esta piedra tiene la forma de un corazón, si te fijas bien, si plantas tu mirada a veinte centímetros de esta piedra verás que en realidad es un corazón, que en verdad es el mío y que mi intención era que lo miraras un rato y que le prestaras un poco de atención.

3 comentarios:

Irene dijo...

A mí Cortázar también me cambió, pensar que la vida cotidiana está llena de misterios y que las cosas más nimias son un auténtico tesoro.
Esos dos relatos son geniales y por decir otros dos (a ver si hacemos antología), "La señorita Cora" y "Queremos tanto a Glenda", que me enseñó que "no se baja vivo de una cruz".

Me ha encantado, Regi. Es una manera preciosa de explicar una descripción, menudo profe!

José Lorente dijo...

A mí hace no mucho me tocó defender Rayuela frente a un profesor de historia que decía que era una novela desfasada. Le dije que quizá sus innovaciones formales estaban superadas (como cualquier innovación), pero que lo realmente valioso era lo que dice Irene: esa actitud ante el mundo que convierte cada cosa cotidiana en una aventura, esa sensación de estar viendo todo por primera vez, percibir el simple hecho de subir una escalera, hacer café u observar una piedra como un gran milagro.

Anónimo dijo...

Yo me volví cronopio, sin duda.